Proyecto piloto de la UOH busca registrar la presencia nocturna de polilla leopardo gigante
“La polilla leopardo gigante (Hypercompe scribonia) es un lepidóptero nocturno de gran tamaño que puede alcanzar hasta 9 centímetros. Su nombre se debe a las hermosas manchas que adornan sus alas, las cuales semejan el pelaje de un leopardo blanco”. Con estas palabras, Nicolás Quiroga, investigador postdoctoral y docente de la Universidad de O’Higgins (UOH), se refirió a este insecto que encendió las alertas del SAG, tras su detección en un barco que ingresó a Chile por el puerto de San Vicente, en la costa de la Región del Biobío.
El investigador del Instituto de Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales (ICA3) de la UOH, explica que la polilla leopardo gigante es originaria de zonas tropicales, específicamente, de Estados Unidos, México y Colombia, y acota que nuestro clima “podría ser una ventaja en la prevención de su establecimiento en territorio nacional. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los insectos, en general, poseen notables capacidades de adaptación”.
Pero ¿por qué es preocupante que ingrese a Chile? Nicolás Quiroga responde que la introducción de cualquier especie foránea “genera desequilibrios en los ecosistemas al ocupar nichos ecológicos de otras especies nativas”. Y acota que “aunque los daños potenciales son significativos para nuestra agricultura, es fundamental destacar que la Hypercompe scribonia tiene la capacidad de alimentarse de numerosas especies vegetales. Sus principales hospederos son las Asteráceas, como el diente de león, las Brasicáceas, como el repollo, e incluso, plantas ornamentales como las violetas. Las larvas, en particular, causan daños al alimentarse del follaje de las plantas, lo que podría afectar gravemente la producción de ciertas hortalizas si la especie se establece y reproduce con éxito en nuestro territorio”.
Acciones en desarrollo
El docente de la carrera de Ingeniería Agronómica de la Escuela de Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales (ECA3) de la UOH, señala que, ante el escenario, la Universidad de O’Higgins está “desarrollando un proyecto de monitoreo en la zona mediante el uso de carpas lumínicas y trampas colorimétricas para registrar su presencia durante la noche en el territorio. Además, estamos trabajando en una simulación que evalúa el potencial establecimiento de esta especie en base a las condiciones climáticas de Chile, ya que estas son diferentes a las de sus zonas de origen”. Nicolás Quiroga, sostiene que “estamos comprometidos en colaborar con la prevención y control de esta amenaza para nuestros ecosistemas y la agricultura”.
Consultado, sobre si existen formas de prevenir su ingreso, el investigador postdoctoral señala que “la prevención es la estrategia clave en estos casos y requiere la colaboración de investigadores, de la comunidad y de las autoridades gubernamentales. Además, es fundamental mantener una vigilancia constante en los puntos de entrada al país. Debemos recordar que esta especie tropical no se adapta, fácilmente, a nuestras condiciones locales y las temporadas frías pueden ser una ventaja en la prevención de su propagación”.
¿Y qué ocurre si la polilla leopardo gigante ya está presente en Chile? Nicolás Quiroga señala que es esencial “mantener un monitoreo constante y notificar a la población para rastrear su presencia. La estrategia más efectiva para combatirla incluye la identificación de focos y la implementación de medidas de control químico específicas. Además, existen estrategias de control que utilizan trampas con feromonas para evitar su reproducción. Sin embargo, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) es la entidad encargada de proporcionar las directrices principales para prevenir su establecimiento y propagación en nuestro territorio”.
Dicho esto, el investigador postdoctoral precisa que “preocupa la insuficiente supervisión en los puntos de entrada de productos extranjeros, ya que este tipo de situaciones ha ocurrido previamente. Hacemos un llamado a concientizar tanto a la población como a las autoridades encargadas de proteger el patrimonio fitosanitario de nuestro país”.