Autor: Marcelo Alarcón, tecnólogo médico, académico del Centro Interuniversitario de Envejecimiento Saludable, institución del Consorcio de Universidades del Estado de Chile.
En general en el mundo se tiene instalado muchos edadismos en relación a las Personas Mayores (PM), y la Tecnología. Por ejemplo, que son renuentes a la técnología o incluso no saben nada o ni la entienden. Pero según cifras de la Subsecretaría de Transportes y Telecomunicaciones el 50% de las PM, mayores de 60 años utiliza Internet, para conectarse a Internet el 42,5% lo hace mediante Smartphones, y el 38.8% por computadores o tablets. Varios autores, señalan que existe una relación positiva entre uso de Internet y la salud mental, disminuyendo, por ejemplo, la probabilidad de depresión en la vejez. Esto se vincula con un mejor sentido de apoyo social, conectividad y menor soledad.
¿Por qué el 100% de las PM no usa el internet? Una de las respuestas es que actualmente muchas personas mayores no cuentan con la posibilidad de acceder a dispositivos electrónicos por su alto costo, así como también existen muchos lugares del país que no cuentan con conexión, o bien esta es pésima, según la “Unidad de Fomento a la Participación del SENAMA”.
Por lo tanto es solo un mito que las PM no quierán estar en contacto con la tecnología. Sobre este punto, nuestro mundo se encuentra en constante cambio, y la Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en una herramienta de transformación social y personal. Su alcance ha tocado numerosos aspectos de nuestra vida cotidiana. Sin embargo, es en la intersección de la IA y las PM en donde podríamos estar presenciando uno de los avances más significativos y emocionantes.
Consideremos las posibilidades en términos de salud y bienestar. La IA puede monitorear patrones de comportamiento y signos vitales, alertando tanto a cuidadores como a profesionales médicos sobre posibles emergencias de manera precoz. Esto no sólo podría ser un salvavidas, sino que también puede ofrecer a los adultos mayores una mayor independencia. De hecho, Corea del Sur ha dado un paso innovador al introducir muñecos con IA diseñados para brindar compañía y apoyo emocional a las PM. A través de sensores y algoritmos sofisticados, los muñecos pueden interactuar con las PM de manera similar a como lo haría un compañero humano. Pueden responder a preguntas, participar en conversaciones simples, recordar eventos importantes y brindar consuelo en momentos de angustia.
Por ende, la IA se postula como una compañía inestimable. Con la capacidad de interactuar y responder a estímulos verbales y emocionales, los sistemas de IA pueden aliviar la soledad, ofreciendo conversación y estimulación mental a aquellos que podrían sentirse aislados. Las interfaces de voz como Alexa de Amazon y Google Assistant ya están haciendo avances en este campo, pero es sólo la punta del iceberg.
La educación es otro punto donde la IA puede desempeñar un papel revolucionario. A medida que las personas envejecen, mantener la mente activa se vuelve crucial. Los sistemas de IA pueden personalizar el aprendizaje y adaptarse al ritmo y estilo de cada individuo, haciendo que la educación continua sea accesible y significativa para los adultos mayores.
Pero aún con todo lo anterior expuesto es válido hacerse nuevamente la pregunta: ¿Es importante la IA? Y podriamos decir que no. Pero recientemente, APPLE señaló a más de 2.000 empleados que estaban trabajando desde hace más de 10 años en la creación de un auto eléctrico para esta empresa (Proyecto Titán), que cerraba por completo la división del Proyecto Titán, y ahora movería a todo el equipo al desarrollo de Inteligencia Artificial.
En conclusión, la IA ofrece un horizonte repleto de promesas para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores. Estamos ante una oportunidad única de rediseñar el envejecimiento, convirtiéndolo en una etapa de la vida no solo más segura y cómoda, sino también más rica y autónoma. La IA no es solo una herramienta para las PM; es un puente hacia una nueva visión de madurez y sabiduría en armonía con el avance tecnológico.