La historia de las “Cartas al Director” que ayudaron a salvar a Sewell de la destrucción
En el marco de la celebración del Día de los Patrimonios este fin de semana, es interesante conocer sobre la historia no contada de las cartas que salvaron el Campamento de Sewell de la demolición. Alberto Collados Baines se convirtió —hace más de 40 años— en el protagonista de una campaña, solitaria en sus inicios, que despertó la consciencia y el interés por preservar este invaluable patrimonio y que hoy es también Patrimonio de la Humanidad.
No siempre el cuidado del patrimonio material e inmaterial de Chile fue un tema central para nuestro país, es más, muchas veces lugares con gran valor cultural estuvieron a punto —o sencillamente fueron— destruidos. De ahí la importancia de contar los relatos de aquellos hechos pequeños, pero valiosos, que aportaron a que hoy la oportunidad de disfrutar de espacios llenos de historia, y donde se enmarca parte de la historia de Sewell.
Alberto Collados Baines es el arquitecto que luego de visitar el asentamiento minero de Sewell inició una campaña en los medios de comunicación nacional, evidenciando “el avance de la picota en Sewell”. En 1977 fue la primera persona en solicitar que se declarase Monumento Nacional esta ciudad que hoy es también Patrimonio de la Humanidad, pero que estuvo a muy poco de desaparecer.
Dicen que grandes cosas surgen de la casualidad y la visita de Alberto Collados Baines a Sewell es una de ellas. Este arquitecto quedó maravillado en cuanto conoció el lugar y decidió iniciar una campaña para salvar este pueblo ubicado en la cordillera de la sexta región del destino de todo campamento: el desarme.
Su primera iniciativa fue una solicitud formal ante el Consejo de Monumentos Nacionales pidiendo reconocer a Sewell como Monumento Nacional, la cual fue denegada con la recomendación de detener la demolición. “Pero había otro trasfondo, eran tiempos ásperos, y la herencia histórica de Sewell incomodaba, tenía un efecto mediático contraproducente en el ámbito de la lucha de clases, de la segregación social y del imperialismo transnacional que ameritaba la desaparición de sus vestigios físicos”, comenta Collados en una de sus últimas, y actuales, Cartas al Director.
Lo que siguió, en paralelo a diversas gestiones personales, fueron las cartas breves, directas y chispeantes al “Señor Director” de diversos medios de comunicación, oponiéndose a la demolición del campamento minero dado su valor patrimonial y cultural. Detener “el avance de la picota en Sewell” se convirtió en una campaña diaria en diversos periódicos nacionales, posicionando este tema dentro de una comunidad que por aquel entonces no tenía tanta consciencia ni preocupación sobre el valor de este patrimonio.
Esta cruzada, que en sus inicios fue muy solitaria y a ratos incluso decepcionante, fue tomando fuerza dentro de la comunidad, las instituciones y los medios de comunicación con el pasar de los años, lo que culminó con su declaración como Monumento Nacional en 1998 y Patrimonio de la Humanidad en 2006.
“Ahí está Sewell , depositaria de una vida colectiva original y tan suigéneris en que la vivió una abigarrada zaga de generaciones humanas durante casi un siglo, asentada en este imponente peñón cordillerano, cuya epopeya por permanecer tuvo un final feliz por sobre toda expectativa. Ahí está Sewell, altiva, majestuosa, contundente, tras haber estado a un tris de su desaparición”, concluye Alberto Collados en relación a la actualidad del asentamiento minero.
4.000 Cartas al Señor Director
Del hecho de dar valor al patrimonio, Alberto Collados comenzó su escritura de Cartas al Director de diversos medios de comunicación, opinando sobre temas de interés país y a la vez dejando registro de nuestra sociedad por más de 40 años mediante más de 4.000 cartas enviadas a medios de comunicación nacional e internacional. Estas misivas, buscaron despercudir a los lectores de su tranco rutinario, marcando registros innovadores de la historia de casi medio siglo, con cierto sarcasmo, humor cáustico y señero lenguaje.
Hasta la aparición del libro “Señor Director”, en 2017, las cartas breves habían tenido gran aceptación, pero la irrupción de las redes sociales fue agregándose a que fuera único medio en llegar masivamente a los lectores. A principios de 2021 Alberto Collados, en transición paulatina, decidió enviar parte de sus intervenciones epistolares a Instagram @ELTWITTERDELOS80, incluyendo caricaturas y dibujos.
La oportunidad de difundir el contenido de sus cartas mediante dibujos, para una captación fugaz, está siendo una pasión del minuto, promitente de un caudaloso desarrollo que ya empieza a ser recibido con entusiasta aprobación en ELTWITTERDELOS80. Ha sido en este espacio en el cual las diversas acciones de Alberto Collados han llegado a un público bastante joven, que ha podido conocer mucho de lo ocurrido hace 40 años, en un formato y lenguaje atractivo.
ELTWITTERDELOS80no solo publica cartas nostálgicas, sino preferentemente nuevas cartas-caricaturas en un nuevo formato del modernismo. Siempre con el mismo espíritu, en cuanto a crear pensamiento crítico y estimular la chispa y la creatividad en el lenguaje a través de cartas breves y desafiantes.
